sábado, 10 de enero de 2009

Ciclistas suicidas

Dar una vuelta por cualquier ciudad a cualquier hora y fijarse en cómo circulan los ciclistas es una experiencia divertida e inenarrable. Pero, especialmente, a primera hora de los sábados y domingos el asunto es espectacular. Ciclistas disfrazados con mallas que apenas ocultan sus barrigones cerveceros para los que los semáforos en rojo, pasos de cebra, rotondas y señales de “Ceda el paso” no significan nada en absoluto. Un semáforo en rojo es simplemente una excusa para insultar al coche de turno que le pita porque se lo ha saltado.

Yo pienso que son personas que se han cansado de vivir, que lo que quieren es que alguien les atropelle y ponga fin a sus miserables vidas porque ellos no se atreven. No encuentro otra explicación a esa sistemática vulneración de las normas de tráfico. Bueno, sí, encuentro otra explicación: no le sale de los huevos respetarlas. Los ciclistas parecen ser sujetos de derechos pero no de obligaciones. Se les ponen carriles-bici que no usan, se hacen campañas de tráfico en los medios de comunicación con el dinero de todos para protegerlos, incluso han tenido voz en el Congreso para invocar esos derechos. Pero no tienen obligaciones, no tienen por qué llevar casco ni seguro; no pagan impuesto de circulación (y usan de forma abusiva las calles de todos); no pagan impuesto de matriculación porque son vehículos sin matrícula, sin documentación… en fin, que tienen todos los derechos y ninguna de las obligaciones inherentes al usuario de vehículos en las vías públicas.

Y recordad que si alguno de vosotros vais en coche o en moto y os saltáis un semáforo en rojo os quitarán 4 puntos, al ciclista, por el mismo hecho, no le quitarán ninguno y alguien saldrá a defenderlo en la tele.

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