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Hoy era día de publicar una nueva reseña literaria. Hace poco he terminado de leer “A sangre fría” de Truman Capote y me apetecía hablar sobre la obra. Pero la otra noche, tomando unas cervezas, un buen amigo me dijo que ya apenas se pasaba por el blog porque me limitaba a escribir reseñas literarias y no escribía sobre lo que está pasando, sobre la actualidad. Le faltó decirme, como otro buen amigo me dijo hace poco: “Tío, has cambiado”.
Eso me ha llevado a dos conclusiones: la primera es que el tema de las reseñas literarias es algo de poco interés para los dos o tres lectores que debe tener este blog; la segunda, es que lo que realmente le gusta a la gente es la sangre, que te metas con otros, que despotriques contra el sistema establecido. En realidad también me podría llevar a una tercera que ni siquiera voy a considerar: que realmente haya cambiado…
Sobre la segunda conclusión tengo que decir que, aunque me gustaría ponerme a meter el dedo en la llaga de la actualidad, en estos últimos tiempos apenas consumo noticiarios porque me producen ardor de estómago, indignación y mala leche en general. Ver a esos personajillos, sean políticos, sindicalistas, banqueros o paniaguados variados, dándose golpes de pecho y diciendo que tenemos que apretarnos el cinturón para que nos saquen del basurero donde “ellos” nos metieron, es algo que raya con lo pornográfico (pero porno del malo, del retorcido y asqueroso).
En fin, si vuelvo a ver noticias empezaré a pensar en volver a “rajar” de los protagonistas de la actualidad, mientras tanto seguiré escribiendo sobre otras cosas. ¡Ah! Y mañana… “A sangre fría”… o quizá pasado mañana, ya veré.
1 comentario:
Es cierto que nos gusta la sangre, criticar (críticas constructivas en el noventa y tantos por ciento de los casos), machacar a los que nos tocan las narices... y siempre es más agradable hacerlo si nos animas, nos propones el tema o nos pones al lindo gatico a punto de palmarla. El problema es que las reseñas dan menos juego, no que no nos interesen.
Yo voto por una reseña cada quincena sobre temas de actualidad para que nos sirva de terapia contra la mala leche que nos entra tras poner la radio, abrir un periódico o ver las noticias.
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